ibias con la bota y la fardela: Vidrieros

Tras nuestra ascensión en la jornada anterior a los picos de Las Lomas y Cuartas, en la montaña palentina, seguimos descubriendo estas montañas con la ascensión a otro clásico y emblemático pico de la misma; el Curavacas que con 2520 metros de altitud es el segundo mas alto del Macizo de Fuentes Carrionas, en la Cordillera Cantábrica, después de Peña Prieta.

El ascenso a esta cumbre, aunque no ofrece mucha dificultad, es de considerable dureza pues el desnivel a salvar es de más de mil metros en tan solo cinco kilómetros.

Esta ruta la comenzamos en la aldea de Vidrieros, lugar al que llegamos desde la localidad de Velilla del Río Carrión, circulando por la carretera conocida como Ruta de los pantanos y que pasa junto al Embalse de Camporredondo.

Tras dejar nuestros coches aparcados en la plaza de este pueblo, cogemos una pista que pasa junto al arroyo de Valdenievas; pista por la que caminamos poco rato hasta cruzar un puente, teniendo ante nosotros la gran mole rocosa que forma el Curavacas.

Pasado el puente abandonamos el camino de Valdenievas para desviarnos hacia nuestra derecha por un marcado sendero hacia el valle de Cabriles por el que iremos ganando altura y que sube paralelo al arroyo de Cabriles por una zona arbolada hasta desembocar en las Camperas de Resollar; desde donde el Curavacas se nos muestra en toda su magnitud.

Seguimos por esta campera, hasta llegar a la fuente del arroyo de Cabriles, donde después de reponer el agua en nuestras cantimploras, comenzamos una dura ascensión por una empinada e interminable pedrera que debemos salvar, subiendo por una senda en continuos zigzag y que hace que el grupo comience a disgregarse.

Una vez superada esta larga e incómoda pedrera, entramos en el llamado Callejo Grande, donde la pendiente parece incrementarse y debemos empezar a utilizar las manos para ir ganando altura.

Alcanzada la parte superior del Callejo Grande, llegamos a una estrecha brecha en la arista que tenemos que cruzar para descender un poco y dar paso a un sendero que por la vertiente norte se dirige rápidamente hasta la cumbre del Curavacas.

Alcanzada por fin esta imponente cumbre, enclavada en un paraje idílico, nos quedamos impresionados contemplando el hermoso paisaje que se abría ante nuestro ojos hacia montañas tan emblemáticas como el Espigüete, Pico Murcia, Peña Prieta, Tres Provincias o los Picos de Europa; por citar algunos de los mas importantes.

Concluida la larguísima sesión fotográfica, en un lugar que realmente merece la pena ser fotografiado , regresamos sobre nuestros pasos, descendiendo con mucha precaución para evitar posibles caídas y procurando pisar firmemente, pues un mal paso podía hacer rodar cualquier piedra y caer encima de algún compañero.

Finalmente en Vidrieros y un poco cansados, ya solo nos quedaba coger nuestros coches para regresar a nuestros domicilios con la satisfacción del trabajo realizado y de haber disfrutado de un estupendo fin de semana de ruta por tierras palentinas.